Maniobrar con embarcación auxiliar

A pesar de lo que pueda parecer, la mayoría de accidentes y anécdotas durante nuestras vacaciones de verano están relacionados con la embarcación auxiliar. Vamos a tratar de arrojar algunos consejos para evitar empañar alguno de los días en los que podemos disfrutar de nuestras navegaciones náuticas:

  • Llevar siempre puesto el chaleco salvavidas, sobretodo si es de noche.
  • Anudar siempre como medida de seguridad el cable rojo de “hombre al agua” sobre nuestra muñeca, de esta forma en caso de una caída el motor se parará automáticamente.
  • Llevar una radio VHF portátil.
  • Si vamos a abandonar nuestra embarcación en el fondeo, dejaremos puesta la escalera de baño de nuestra embarcación.
  • Prever activar la luz de fondeo. No es mala práctica intentar señalizar nuestro barco por la noche con alguna luz o marca especial que nos permita distinguirlo rápidamente. En algunos fondeos como Illetas en Formentera es complicado distinguir a simple vista nuestra embarcación entre tantas otras, cuando lo único que vemos son luces de fondeo.
  • Nuestra recomendación es llevar siempre a bordo una pequeña caja de plástico estanca con algunos valiosos utensilios: destornillador, llave inglesa, navaja multiusos, y cinta aislante.
  • Proveernos de un frontal y linterna para la navegación nocturna con pilas suficientes.
  • Llevaremos siempre la bomba de hinchado y el kit de reparación en el caso de embarcaciones neumáticas.
  • Depósito de combustible.
  • No olvidarnos estibar un pequeño rezón y un cabo de fondeo, así como un par de amarras.
  • Los remos pueden sernos de enorme utilidad en caso de avería de motor, por lo que no los despreciemos.
  • Nuestra ropa a bordo debe ser también la adecuada en función de la zona y época de navegación.
  • Nos resultará muy útil llevar una funda estanca para nuestro teléfono móvil ya que en estas embarcaciones la posibilidad de embarcar una ola es mucho más probable.

Estibar la embarcación auxiliar:

  • La mayoría de auxiliares suelen estibarse desinfladas en un pañol o en cubierta, y tan sólo se hinchan con una bomba de pie o eléctrica cuando son necesarias. Las embarcaciones rígidas o desplegables, y las semirígidas con sus pontones desinflados, o las auxiliares infladas pueden ir amarradas a la cubierta de proa para evitar que interfieran con los mandos o que restrinjan el desplazamiento de la tripulación en la cubierta.
  • Algunas embarcaciones están dotadas de pescantes en popa. ¡Ojo en este caso, ya que puede llegar a dificultar la maniobra en puerto al atracar de popa!
  • Si llevamos un motor fueraborda es habitual estibarlo sobre un espejo en el balcón de popa. Cuando no esté en uso podemos cubrirlo para su correcta protección.

Maniobras de embarque y desembarque:

  • Lo primero que haremos será arriar la auxiliar. Por nuestra experiencia lo más delicado suele ser el motor fueraborda, ya que si lo hacemos manualmente, sin pescantes ni grúa, dependeremos de nuestra destreza, fuerza y equilibrio. En el caso de que el mar esté agitado, las probabilidades de que se caiga el motor son mayores, por lo que siempre ataremos un cabo a una cornamusa como medida de precaución ante la eventualidad de que el motor pueda caer al agua. La longitud de este cabo debe ser suficiente para que llegue a la altura de la auxiliar, pero no superior para el caso de que este caiga al agua, pudiendo así izarlo y recuperarlo sin gran pérdida.
  • Para arriar la embarcación auxiliar podemos ayudarnos de una driza o en su defecto izaremos a peso pero haciendo firme un cabo previamente que sujete la embarcación.
  • La primera persona en bajar es la que debe remar o manejar el motor en caso de que esta esté dotada de un motor. Abordar la embarcación auxiliar es más fácil si el crucero cuenta con escaleras extraibles o con una plataforma en popa, y si la embarcación está amarrada a popa y proa. Deberemos sentarnos más o menos en la mitad. El resto de tripulación ya podrá ubicarse de manera que se compense el peso de todos ellos.
  • Es preferible hacer varios viajes y no ir demasiado cargados, ya que puede provocar que la embarcación zozobre o incluso pueda volcar.

Remolcar la embarcación auxiliar:

  • Una alternativa a estibar la auxiliar es remolcarla. Perderemos algo de velocidad pero ganaremos comodidad.
  • No recomendamos remolcar la embarcación en caso de mal tiempo o en travesías largas.
  • Se utilizarán dos guías de remolque: la amarra de la auxiliar que va asegurada al punto de remolque, a popa de la auxiliar, y otro cabo de remolque amarrado a proa. Si la primera guía rompe, quedará la segunda parte para evitar la pérdida de la embarcación auxiliar.
  • No se debe subestimar la tensión que soportará la guía de remolque, de lo contrario correremos el riesgo de amarrar una guía demasiado delgada que podría romperse.
  • Ajustar el largo de la guía de remolque para ubicar la auxiliar entre la estela que deja la popa, para así minimizar la posibilidad de que se hunda y que se vaya dando bandazos a los lados. Si la balsa se desliza entre las turbulencias de la estela y se trepa a popa, debemos alargar la guía de remolque.
  • Siempre es conveniente retirar todo el equipo estibado en la basa y remolcar sin motor auxiliar ni remos.